Todos los días podemos ver en la televisión, en los periódicos o incluso en las redes sociales como la violencia está a la orden del día y que nosotros, como simples espectadores no podemos hacer más que rezar por que no nos suceda lo mismo ni a ningún ser querido.
El simple hecho de pagar una cuota en el gimnasio, de acudir a las clases solo cuando estamos aburridos en casa o después de ver una película de acción no nos hace invulnerables a las situaciones que nos pueden abordar en la calle. No. Las Artes Marciales deben de practicarse con esmero y continuidad ya que estas son perecederas y bastará con unos pocos meses de monotonía hogareña para echar a perder todo lo entrenado en mucho tiempo.
También hay que considerar el factor psicológico. Los entrenamientos nos preparan para tener más confianza en nosotros mismos y conocer verdaderamente lo que podemos encontrarnos fuera de la seguridad y el confort de nuestro hogar y así perder un poco de "miedo" al enfrentamiento con un posible agresor en la calle.
Las Artes Marciales trabajan mente, cuerpo y espíritu a la vez y es por esto que les convierte en nuestra mejor arma para afrontar la vida, ya sea en el campo de batalla o en la oficina.
También es cierto que cada vez se están popularizando más y más los famosos "Deportes de Contacto". A mi humilde opinión, nada que ver en absoluto con las auténticas Artes Marciales.
Para terminar mi manifiesto de hoy, solo añadiré que sí es necesario seguir entrenando y estudiando Artes Marciales. Ya que no nos preparan únicamente el cuerpo, sino como ya he mencionado tambien la mente y el espíritu.
"La noche es más oscura justo antes del amanecer"



