La lucha no es solo en el entrenamiento o en las aplicaciones de este llevadas a un combate real en su fin de emplearlo en la defensa personal. Peleamos constantemente, en todo momento con las circunstancias que nos ponen a prueba en nuestra vida diaria.
La auténtica batalla, la más difícil de ganar, se libra en nuestro interior ya que es con nosotros mismos con quien debemos enfrentarnos en los momentos más duros.
El instinto de supervivencia está innato en todos nosotros y siempre florece en los momentos críticos, pero debemos ser cautos ya que este instinto se nos puede ir de las manos con mucha facilidad y dejarnos llevar por él.
A veces nos obsesionamos con la victoria, con la única visión de derrotar al enemigo. Pero debemos tener muy en cuenta que no siempre la confrontación con nuestro oponente es la única salida.
La pregunta no es ¿por qué luchamos? ni ¿por qué tenemos siempre que ganar?
No, no es así.
La autentica pregunta que debemos hacernos es:
¿Por qué merece la pena luchar?
Matías Luque.

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